sábado, 26 de julio de 2008

Nada es absoluto, todo es relativo...


Iniciar un fin de semana levantandome a las cinco de la mañana, me cuesta trabajo acostumbrarme a ello, pero ahí vamos. es un reencuentro con la soledad, con el silencio. Debo replantear muchas cosas. Seguir deshaciendome de lo que me estorba para crecer interiormente. Caminar más. Bien solo. Lo disfruto tanto. Intentar alcanzar el horizonte; aunque sé que nunca lo lograré. Pero no me preocupa. Debo seguir adelante. Serenarme. Las cosas se ven más claras ahora. Tengo que pintar la casa.
¿Más café? No gracias, no lo acostumbro. ¿Refresco de cola?, es delicioso pero es un veneno. Ya no lo tomo. Un te está bien. Sí.
Mi coche, el Max II, necesita nuevos zapatos, ya le eche el ojo a unas bien chonchas. Vamos a volar baby y con nuevo estereo mp3, ¿Que tal? No. No me olvido de ti. ¿Y tú de mi? Bien. Ahora estás, y yo te lo agradezco. Sí, sé que no se debe agradecer lo que nace del alma. Pero dejame regocigarme de tu presencia sin perpetuar la especie.
Las rosas son mejores cuando se regalan en maceta. Nunca regalo rosas muertas. ¿Te parece bien en esta banca, frente a la fuente? Sé que no debo apretar tu mano cuando caminemos juntos. Lo aprendí hace tiempo. La lección fue dura y no necesite un repaso. Al menos de esa no.
El costo de la vida sube y sube. ¿Que vamos a hacer? Seguir adelante.
A veces se me olvida que la vida ha sido bondadosa conmigo. Necesito más paciencia. Sobre todo conmigo mismo. Anoche llovio, y tuve pesadillas. Aún extraño a mi perro. Ya no he soñado con él.
En cuanto empiezo a turbarme, bastan tus manos en mi frente. Sí, así. ¡Que paz! La próxima vez eliges tú el árbol. Sabes a vainilla. Haber que pasa. Feliz sábado corazón. Vas conmigo.

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