Turn between two lovers

"En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces".

-Gabriel García Márquez

¿Por donde empezar a hablar de una persona tan importante en mi vida? De los últimos 8 años, mi guía, mi consejera, mi confidente, mi íntima amiga. ¿Como sintetizar tanto en tan poco espacio?

Su voz de Alondra llegóme una mañana. Me abrazó tantas veces, con el pensamiento, con su alma, con su ternura; delicadamente. Sabía que tenía ante si a un ave malherida. ¿Duele aquí? ¿Así? ¿Ya menos? Con suaves palabras reconstruyó mi corazón tantas ocasiones, lo conocía mejor que yo. Era como llegar ante ella y lanzar ante si un rompecabezas imposible, confuso e inacabado y decir: "Ten arreglalo". Conocía mi interior. Mis miedos, mis escazas alegrías, mis sueños; que me alentó a perseguir ferreamente y trabajar cada día por ellos y no permitir que nadie los pisoteara. Le dí mis mejores sueños; los pulía, me los devolvía inmensos, pero alcanzables. Y aquel sueño singular que nacio no sé como, también se lo di, al fin era suyo todo. No sé quien lo insuflo en la nada colectiva de aquella noche cargada de energía.

Bastaba que le manifestara un anhelo e investigaba para mi todo trayecto para que llegára a él de la manera más segura y a salvo, del modo menos complicado. Sabía leerme. sabía hacerme reflexionar, reconsiderar, y también hacerme reír. Sabía abrazarme con su espiritu.

Definir su voz es imposible con palabras. Sería mejor compararla con sonidos de la naturaleza misma. Era como un riachuelo, con trinos de gorrión, colorida como mil arcoiris juntos, aroma de amanecer, luna en cenit; diamante risueño su sonrisa, ecos del edén pérdido.

Era culta, sabia, inteligente, jovial, intelectual; inculcó en mi el amor a la música clásica. Tenía su familia y me tenía a mi. Anduve años por ahí con la seguridad, con la certeza, con la felicidad secreta, de que siempre la tendría yo.

Me supo amar como yo era. Con todo lo que sabía de mi; con todo lo que supo sin haberlo dicho. La intuición era su reino. Mi ser la adivinó hermosa. Y lo era. Me amo, como a un hijo, yo la ame más.
Me impacto la noticia de su muerte. Todavía no lo creo. Mi amiga, mi consuelo predilecto, mi pañuelo de lagrimas, mi segunda fortaleza.

Extraño su calidez. Hablamos con el alma. Aún la amo.

No era este Nuestro Universo, Nuestro Tiempo, no era Nuestra Vez; será en otra vida. Al partir mi Madre quedaba Ella. Ahora que se ha ido para siempre su hermoso misterio, me he quedado solo.

"Antes de que diga otra palabra,

déjame decirte que te amo,

déjame sostenerte cerca y decir

estas palabras lo más gentilmente que pueda.

Porque nadie más puede tener

la parte de mí que te di a ti".

Turn Between Two Lovers - Mary MacGregor