viernes, 17 de octubre de 2008

Uno


Llega otro viernes. No fue fácil alcanzar el otro extremo de la semana. Las canciones se sucedieron sin poder quedarme con ninguna. No hay proyecto alguno en mis bolsillos. Las ideas que traía en mi pensamiento las desterre. Así que, también en blanco. Ya no espero. Es bueno no esperar. Si alguien viene a mi bienvenida. Es muy fácil aburrirse. Lo verdaderamente artesanal es saber que hacer en esos momentos donde nadie te necesita y tú no necesitas a nadie; aprender a pasarla bien uno solo. Reparar el tejado. Jugar con espejos, ponerlos cara a cara, pegados, haber si preñan al Tiempo. Salir a caminar, contar astros. Intentar dejar el cigarro, olvidando musas. Mirar viejos albumes fotográficos. ¡Que jóvenes eramos! ¿Donde se fueron nuestras sonrisas? Me hace falta un abrazo. Cien. El silencio hace la casa inmensa. Me vuelvo uno con ella.


Hay tantas personas a las que hay que pedir perdón. Esta noche de viernes pesa como una losa. Mi corazón se le hermana. Me vuelvo lento. Asumo mi rol fantasmagórico. Es bueno no acordarse de nadie. Y que nadie se acuerde de uno. Asi estoy en todo lo ignorado, en todo lo olvidado, en todo lo negado estoy. En esta noche sin Luna visible. Somos uno. No se siente tan mal después de todo. Uno debe aprender a borrarse de la vida de los demás, hacerse olvidar. Creo que nunca ame a nadie. Mi alma reclama algo bello, y lejano, pero que no sea de este mundo. ¿Me salvas? Bien.... esperaré. Mañana debo madrugar. Si te decides, ya sabes donde estoy....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Henry, como ves que yo quiero salvarte desde hace mucho tiempo, pero tu no te dejas.

Es cierto la soledad pesa, muchisimo, pero aun es tiempo de aligerarla un poquito.

Piensalo...

Besitos

Anónimo dijo...

Henry no busques salvamentos emergentes, el unico salvamento esta en ti.