viernes, 24 de octubre de 2008

Aquí ando


Aquí estoy. No he tirado la toalla en cuanto a escribir en el blog. Pasa que a veces la inspiración lo abandona a uno. Y es normal que eso suceda, es hasta recomendable. Por lo pronto me encierro en el trabajo cotidiano, en el trabajo casero; pliego mis alas. Pero aquí estoy, sigo de pie. No es fácil moverse en un mundo de gente que no ama ni respeta la naturaleza. Hay que aprender a callarse la boca y guardar silencio, a no hacer daño y amar a pesar de las circunstancias. Intentar dejar el cigarro, y uno que otro vicio más.


Me paseo por las tiendas de libros, por plazas concurridas, por lugares atestados de personas. Y sólo veo indolencia, egoísmo, avaricia, envidia... ¿Sabías que el robo es la envidia llevada al extremo? Tanto robar lo material como plagiar una idea. Ya les llegará su turno. Una gripa me hace desistir de la idea de ser defensor de los débiles y desprotegidos. ¿Un superhéroe con pañuelos desechables? Claro que no.


La gente buena es la que más sufre. ¿Te das cuenta? ¿Y los malvados, los transas, los extorsionadores, los tramposos, los malaleche, los que pagan bien con mal, los barberos, los difamadores, los que se ocultan en el anonimato, los corruptos, los rateros, los cholos, los vagos, los estupidos abusones, los prepotentes, los narcos, los que golpean mujeres? ¿A esos que? ¿Y que me dices de los ladrones del alma? Esos imbeciles andan libres y dañando. ¿Quién paga los platos rotos?

¿En quién crees? ¿Que eres? Vale más amar la naturaleza de nuevo, como al inicio de los tiempos. Por ello asesinan tantos árboles y nadie hacemos nada.

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