sábado, 2 de agosto de 2008

La espera


Siempre, desde que tengo uso de memoria, desee, anhele, espere; un juguete, un día de campo, un viaje en carretera, un helado de vainilla, una mascota. Más adelante en la adolescencia, seguí deseando, seguí esperando; un romance, las vacaciones soñadas, un libro, una playera de Kiss, una resortera profesional, un rifle de postas.


La espera era mágica. Imaginabame con el objeto en cuestión o en la situación tal o cual. Y yo sonreía sin tener aún las cosas. Y era ya tenerlas, y era ya estar ahí. La mayoría de las cosas nunca las tuve. Nunca fui al los lugares imaginados. Pero en mi espera, estuve ahí. El lapso de tiempo previo a saber y conocer si tendría lo soñado, lo anhelado, era el verdadero disfrute de las cosas.


Ahora, en mi adultez, sigo deseando, claro que sí. Sin embargo, las mejores cosas de mi vida han llegado sin jamás haberlas deseado, anhelado, esperado. Lo más bello fue lo que nunca soñe. ¿Entiendes mi asombro de haberte encontrado?


La vida gira en torno a desear, soñar, anhelar, esperar. Pedir prestamos de felicidad al futuro. Y a la vuelta del tiempo le habremos hecho una mala jugada. No tenemos con que pagar la dicha de haber disfrutado lo que nunca tuvimo. El beso más bello es el que nunca se dio. Y más bellos y dulces los que no se soñaron.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, tienes toda la razon, con cada una de tus palabras, y sabes ese beso aun lo llevo impregnado en mis labios, en mi mente en mi corazon, raro vdd??, lo llevo en lo mas profundo de mi ser, y lo mejor fue tener todo contigo y saber que cada vez que te alejas estas mas detro de mi... No es nada facil, para alguien como yo.

Enigma