viernes, 2 de octubre de 2009

Mía


No necesito tenerte para que seas mía
Ni dormir contigo
Ni despertar en tu lecho
No necesito siquiera caminar a tu lado
Ni estar en tu compañía
Ni tomar tu mano
Ni respirar el aire que exhalas
Ni verte a a diario
Ni es necesario que mires de nuevo mis ojos
Para llamarte mía
Nos cubre un mismo cielo y eso basta
No necesito ponerte una sortija para saber que
Este amor es eterno
Tuve entre mis brazos mi estrella
Le dije bajito al oído: ¨mi corazón es sólo tuyo"
Todo lo demás que venga es extra
Tu voz la llevo guardada
Tu silueta no se me olvida
Caminos paralelos
En la quietud de la noche
Hicimos de la risa nuestra contraseña
En mi ya no hay soledad
Vamos a estar siempre juntos en lo que nos une
Yo que te sé dulce y hermosa
Sé que dentro de mi hay una Luna
Alumbrado sobre el raso negro de mi silencio
Donde no consigo olvidar como te llamas.

6 comentarios:

CL dijo...

¿Qué lindo Enrique! Qué dulce que sientas tanto amor. Qué fascinante que tengas quien te pertenezca del mismo modo que tú a ella y sean tuyos sus pensamientos porque su corazón es el universo en que te permitió quedar.

Anónimo dijo...

Es una relidad, sólo tener a alguien en el recuerdo, sabes que te pertenece porque los recuerdos sólo son de quien los tiene. Recordar es volver a vivir.

Anónimo dijo...

" Mía "

Una palabra tan sencilla y tanto que encierra.

Solo tu eres tan maravilloso.

Te admiro, eres grande grande grande.

Anónimo dijo...

Hola ya tenía mucho tiempo que no entraba a tu blog, por cuestiones de trabajo tu sabes jejeje pero la verdad me sigue impresionando la facilidad que tienes para inspirarte y escribir cosas tan lindas, espero que sigas escribiendo y deleitandonos de esa manera, espero no dejar de leerte tanto tiempo y encontrarnos mas seguido ya sea por la radio o bien en los comentarios de tu blog. ok q estes bien. LIZ

Anónimo dijo...

porque te gustan las fotos antiguas??

Anónimo dijo...

Realmente eres un elegido, por esa inspiración que posees y que contagias, transmites: qué bueno que te gusta la poesís, es el canto del alma