¿Quién quiere este Final?

El día que mi corazón deje de latir, y después de que se hayan cerrado mis ojos; a partir de ese momento podrás disponer sobre el destino de mis restos. Elegir lugar, horarios, rutas, tiempos de velación. Obvio dejaré todo cubierto, ya ves esos planes de Pague Ahora Viaje Después. No quiero servicios religiosos de ninguna índole. Ni sacerdotes, ni curas, ni pastores, ni guías carismáticos u oradores o discursos oficiales ni hagas esquela. Ni avises a nadie. Quien se entere bien.Una cantidad discreta de coronas. Ni una sola oración sea pronunciada frente a mi caja, y digo caja porque eso quiero, una caja de madera, no un frio feretro metálico. Elegiré con tiempo alguna madera noble que me de el último abrazo. De mis libros, te pido, arranques a mano poemas y los pegues al cajón, forrálo de poesía. No quiero que me coloquen traje, si nunca los vestí en vida no veo porque incomodarme en ese momento tan importante;envuelveme en una manta negra, alguna tela suave, dejame visible sólo el rostro. Quiero ser ungido con tu perfume favorito. Dentro coloca una foto tuya y una rosa roja recién cortada, no le retires las espinas; perjudica una estrella sólo por esta ocasión. Musicaliza el momento y hazlo etereo con nuestras canciones. Puedes repetirlas las veces que tú quieras. Deja que se acerque a mi quien quiera, no sientas celos de ninguna mujer que me susurre algo o coloque alguna rosa blanca por ahí, la tuya la llevaré en mi pecho y será nuestra insignia final y es Roja. Todo se hará como tú y yo querramos, sólo como tú y yo decidamos, no admitas cambios, ni la más mínima sugerencia. Que al menos en esto no se meta nadie. Como el Hijo Desobediente, que no me entierren en Sagrado, entrega mis restos mortales al fuego. Las cenizas puedes conservarlas, lanzarlas al viento desde una montaña o arrojarlas a un río, lo que tú decidas esta bien. No recuerdes momentos tristes que te hice pasar. Siempre estuviste para mi. Si no hay rencores, perdóname. Recuerda los instantes que reímos juntos o las veces que comentando nuestras lecturas nos aislamos de todo y de todos. Como te dije tantas veces, Nunca Me Olvides, porque ese día habré de morir definitivamente. En mis libros y en mis discos que serán tuyos; ahí búscame. Tú reviviste en mi la pasión por la lectura. Ahí nos reencontraremos una y otra vez. Puedes atarte a cualquier objeto que conserves de mi. Sólo tú y Yo. Rehaz tu vida y mírame como una pequeña parte de tu largo camino que aún te queda por recorrer. Mi recuerdo se irá borrando lentamente, como las rosas de tu jardín que dejan caer sus petalos inanimados en las mañanas de octubre, quedando desnudas y yertas, y sin embargo vuelven cada primavera. Cuando los años pasen y seas una abuela cariñosa y tierna y tu hermoso cabello sea cubierto de las nieves del tiempo; cuando muchas navidades y años nuevos se sucedan unos tras otros; cuando las hojas del calendario vuelen como alas de colibrí; cuando todo a tu alrededor haya cambiado y no encuentres lugar, y todo te sea desconocido y ajeno; cuando las penas y el dolor no te permitan levantarte, entonces, y sólo entonces busca en tu corazón mi recuerdo, llamamé, que yo acudiré; volveré, extenderé mis manos para alcanzar las tuyas e iremos juntos tomados de la mano hacia un atardecer, hacia un inmenso Sol desesperado que nos aguarda, y que se niega a undirse por completo, si no lo alcanzamos. La poesía será otra vez; en una fría tarde de noviembre.