martes, 26 de abril de 2011

Numen


Nunca quise quedar con el corazón desválido
Nunca pretendí sembrar sueños ni regarles con esperanzas
Ni acaparar ningún color para uso personal
Ni que alguien reze por mi, sino por lo que me duele.

No quise evadir tentaciones.
Ni recuerdo más aquel beso;
No me creas cuando hablo mal de mi.
Siempre fuí un exagerado.

No huí de la Luz del Astro Potente,
No encuentro mal la sombras,
Ni olvide deleitarme, maravillado, de su ausencia,
Troncharía alas de ángeles si los tuviera a la mano.

No quise marchitar el etereo encanto femenino.
A las flores que desprendí de su tallo imploró el perdón;
No hay nada más triste que el cadáver de una Rosa.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay que bonito el final

=3

cuidate

Anónimo dijo...

me exitas tanto cuando te escucho, ayer tube varios orgasmos escuchandote quiero tener sexo contigo

Henry dijo...

Ja, ja, ja...

Anónimo dijo...

Que pena que hayan convertido tu bitácora en esto. Date cuenta de que los comentarios que te dejan no son referentes a tus articulos sino van mas enfocados a temas consernientes con tus ex y mujeres que carecen de ética e incurren en lo bulgar. Tu blog merece todo el respeto y tu respeto

Henry dijo...

De acuerdo, aunque si hay comentarios sobre los artículos. No soy una persona solemne, la sección de comentarios es sólo eso. El blog sólo lo escribo Yo. Ahí nadie mete mano.. Si puse risas es porque eso me provoco en verdad el comentario Vulgar (Con V de Vendetta). Sonríe, es Viernes...

Anónimo dijo...

Si que vulgaridades te escribe, debes anular esa clase de comentarios tan sucios

Henry dijo...

Había una vez dos monjes, que en su recorrido por la campiña tenían que cruzar un río poco profundo; a la orilla de éste estaba una joven campesina aguardando que alguien hiciera el favor de ayudarla a atravesar el rio, uno de los monjes se ofrecio a hacerlo. Cargo con ella en su espalda y cruzaron al otro lado donde la deposito sana y salva. La joven agradecio regalandoles un par de manzanas. Al continuar su marcha, el otro monje durante el trayecto le reprochaba: "Como fue posible que permitieras que una mujer mundana subiera a tu espalda, es inconcebible, no tienes perdón, los dioses deben estar avergonzados de tal conducta.... es", el monje que hizo el favor a la joven mujer le interrumpio diciendole: "¡Hey yo deje a esa joven a la orilla del río pero ahora eres tú quien la trae a cuestas"! Moraleja: No le des demasiada importancia a lo que no lo merece.