viernes, 22 de marzo de 2013



Si, te imaginaba desde mis años infantiles. Eras ya desde entonces, Vida mía, día nublado, delicia de mis pupilas. Eras, la grama virgen, alfombra para mis pasos ya etéreos  Ya eras el asomo del misticismo de este corazón arrojado. Te encontraba en el tierno murmullo de mi riachuelo de aguas cristalinas. Eras mis juguetes, eras mi rinconcito donde daba rienda suelta a mi imaginación de cuando te vería. Me quede corto. Eras mi cajita musical, y la bailarina duplicada por el diminuto espejo, ya te amaba. Al subirme a la azotea en las noches de luna llena estabas ahí a mi lado. Ya eras, décadas antes de encontrarme contigo, el amor real y verdadero que a un hombre envuelto en su tormenta puede salvar. Y salvarme de mi mismo, si tú quieres.

Estribillo

En vano convoque a todos los suspiros, vinieran a darme alas para volar a ti desde aquellos pueriles días. No llegabas. Renuncie a cazar mariposas en ese tiempo.... Pedí a mi bosquecillo de tréboles una sola letra de tu nombre, para cantarte, solo el viento los mecía como toda respuesta. Sin respuesta hice una fogata con hojarasca, esperando adivinar tu forma en las formas caprichosas del fuego. Y no surgías  Le pedí a la lluvia, a la luna, a las estrellas una imagen de ti. Me quede esperando.


Ninguna señal anunció tu llegada. Hoy te espero como tantas veces te he esperado. este pobre corazón mio; quiere nada más estar en tus diestras manos, artesana del agua y de la tierra. No abandones la obra de tus besos. Quiero estar contigo lo que me quede de vida, y ser tu compañero eterno. Desde aquí, desde este presente cuarteado, te repito: Te esperaba y aún no acababas de llegar, como un largo cometa de afable presagio, déjame quedarme en tu vida. Si me cierras tu puerta, déjame la llave por fuera. Rezo a esa parte de ti que me sabe tuyo; no permitas se desvanezca mi nombre de tus labios, quiero recuperar mis sueños que crei perdidos sólo para ti. Ya te sentía, hoy te espero; cantando una canción olvidada. Cada uno de tus pasos hace eco en mi corazón. No sabía cuanto cambiarías mi vida, ni como me aproximaría a revivir mis años tempranos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enrique, que bonito escribes, que forma de plasmar tantas emisiones, en las mejores letras un gran don es el que tienes, cada vez que te leo, me pregunto a quien esperas? Quien es la persona que amas,? Existe, y está en algún lugar... revela ya su nombre ...quien es?... soy yo???