Lo que me dijo Hada

“Quiero enseñarte a soñar. Quiero enseñarte a construir un paraíso con lo que haz alimentado tu alma. Es tiempo de que reveles algunos de tus secretos con la sutileza de un susurro. Yo te comprendo. Sé lo que amabas cuando tu espíritu era joven. También lo que extrañas y cuanto. Sé que te dolió crecer y dejar todo aquello atrás y que parte de tu corazón quedo allí, con lo que amabas.

Eres distinto. Y miro cuanto gozas recrearte, sonreír y sé que también haz llorado entre tumbas antiguas y ruinas mohosas. Buscas tu esencia en las historias que sólo tú sabes escuchar en esos lugares olvidados. Historias que sólo a ti te cuentan. Tú posees la clave para entrar en jardines ignotos. Tienes un corazón dividido entre el ayer y el presente. Un corazón que se niega a olvidar. Cruel carga; pero es lo que te hace único; es lo que te permite traspasar el umbral hacía lo mágico.

Nunca te avergüences de tus lágrimas. Son la más bella expresión del alma. Trascienden todas las lenguas y dialectos, son calladas y cristalinas; sé que te queman como el fuego, brotan de lo más profundo de tus emociones. Sufro al escucharte llorar, partes mi corazón de hada en pedazos. Por eso vine a ti. Con permiso o sin él. Arriesgándote a que te llamen loco. Sí ser loco es amar sin medida a la naturaleza entera como tú la amas, estas loco de remate. Lo sabes. La locura es una aventura hermosa cuando se la acepta.

Sigue construyendo reinos imaginarios con el poder del Logos que te ha sido conferido. Ten cuidado de tan alta encomienda. Tal es tu sino. Sé que sabrás cumplir con responsabilidad tu misión de amor. Haz despertado. Ahora, ayuda a otros a despertar. No auguro que el dolor renuncie a ser tu compañero de viaje. No está en mis manos librarte de él. Sin embargo es un excelente mentor y habrá de darte lecciones inolvidables.

Aprende a decir que No. Anteriormente haz estado en predicamentos a causa de asentir sin estar firmemente convencido. Ahora eres más fuerte, dicho de otra manera; ahora eres verdaderamente fuerte. Ya no necesitas demostrar nada a nadie, ni aparentar lo que no eres interior como exteriormente y espiritual como físicamente. Dejarás fluir tu verdadera manera de ser. Existirá quien no le agrade; pero ese será su problema.

Eres libre de crear, de imaginar. Volverás a amar. Te pusieron un corazón de los grandes. Te pondrás de pie en la vida. Tendrás control sobre tus reacciones, tendrás nuevos anhelos y con valor lograrás cristalizar cada uno de ellos. Lucha. Haz que tenga sentido, que valga la pena el camino recorrido, los tropiezos y el dolor. Fuiste, eres y serás, sin embargo estás aquí y ahora. Viviendo en el presente tu corazón aprenderá a olvidar. Estaremos siempre juntos, Sabes mi nombre, sabes donde encontrarme”.