martes, 18 de diciembre de 2007

Con el ánimo por los suelos

Estas fechas me deprimen. Es triste mirar como la mayoría se deja literalmente arrastrar por el consumismo y el materialismo. Estas fechas que deberían ser de perdonar y reconciliar, tristemente remarcan las diferencias que las mentadas clases sociales ponen de manifiesto. La desigualdad es el pan nuestro de cada día. Muy pocos son dueños de las riquezas de "nuestro" país. Y lo coloco entrecomillado, porque en verdad ¿de quien es el país? De unos cuantos y sus amigos y sus compadres y sus sirvientes.... En cada ciudad de México los vemos. Ellos los dueños, los reales y auténticos propietarios del país. Amos y señores de cada centimetro de calle, de playa, de bosque. Son ellos, los "colados", los que tienen "palancas", los verdaderos ganones y usureros de las riquezas del país.

La Constitución Mexicana, define como mexicano a todo aquel nacido en este territorio, y como tal tiene o debería tener el derecho de disfrutar de todas las bellezas naturales, sin embargo la realidad es cruel. Sólo aquellos con poder adquisitivo pueden acceder a esos lugares. ¿Que su esfuerzo les costo? ¿Que hay que ponerse a trabajar? Por supuesto, pero hay muchos que andan por ahí, transando, robando, engañando, ... y esos no lo merecen. Vaya Navidad. Nos queda intentar llegar a aquellos que nunca llegamos: el hambriento, el loco, el indigente, el pepenador, el vago, el acomplejado, el frustrado, el abandonado, el fracasado, ...... ¿y tú cual eres?

¿Que merito tiene amar a quien te ama? El amor verdadero es aquel que mostramos a quien no nos quiere. Aprendamos perdonar, si, pero sobre todo a nosotros mismos, antes de andar de perdonavidas por el mundo, empecemos por nuestro interior. Esta Navidad sólo quiero mucha paz personal, y salud para los que amo.... si, si.... y para los que no amo tambien.

Perdón... ya no tengo más que agregar. Sólo quería desahogarme. Es que ando triste.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Podemos perdonar y perdonarnos a nosotros mismos cuando quitemos la viga de nuestros ojos y podamos ver la paja de los demas que al final de cuentas tal vez no sea nada y nos estemos ahogando en un vaso de agua.

Anónimo dijo...

Hoy incio con la lectura desde tu primer escrito, y, es curioso pero no acostumbramos a reflejar nuestros sentimientos con tanta facilidad, y que razon tienes siempre ahi algo mas que nos distingue o al menos hace la diferencia, ahi algo con lo que vivimos y que realmente nos hace infelices, pero no debemos darle importancia a la sociedad en la que vivimos, todo es pasajero, y lo mejor de todo es sentirnos bien con nosotros mismos, sin darle importancia a opiniones ajenas. Vivamos siempre.
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