
"Miralo hecho todo un bravucón.
Se cree una superestrella.
Ignora que lo es.
Siempre acompañado,
siempre tan solo.
El destino dejo de ser su amigo.
Él sólo quiere jugar. Y juega.
Es feliz haciendo de bufón.
La lluvia le revela secretos.
Le encanta pasar por el fango.
Al fin hecho de barro.
¡Claro que se mancha!
Que manera de perder el tiempo.
-¿El tiempo?, Ja.
Miralo como se queda dormido.
-Parece un chiquillo.
-Lo es. Todos lo son.
Niños inflados por la edad.
Al menos sueña lindo.
-Sí.
me encanta cuando llora,
es como una canción,
Dice nombres de Dios.
Y no lo sabe.
-¿Cuantos ha dicho?
-Pocos. No pasa nada, ni cuenta se ha dado-.
-Puf, menos mal.
Miralo, a veces es más animal
que humano. Es lo que lo salva.
Le encanta hacerse el loco.
-Que postura, ¿No se tuerce el cuello?
No.
Es amado por Dios tal como es.
Es predilecto del Supremo.
-¿Otro hijo prodigo?
-Sí. Todos lo son.
Pero éste ya lo descubrió".
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