jueves, 5 de mayo de 2016

Las Maletas Abandonadas



Un espejo oxidado como mis articulaciones, -pensó él-. Me afeito, mañana fría de invierno. Vivo en una casita de madera; soy un jardinero; tengo una maleta guinda en mi pequeña mesita verde despintada, la abro y encuentro fotos, un par de vestidos, me han dado mi jubilación, esta mañana me iré.

Diagnostico: "Fácilmente entabla conversación con cualquier persona, es sociable, muy bien educado, amable, cortés, cooperativo, ordenado y limpio, nunca causa problemas. Está muy dispuesto a ayudar con el trabajo de jardinería... lee libros y escribe poesía sencilla..." El personal del psiquiátrico estaba muy impresionado de los conocimientos de música clásica y de poesía que tenía. En cuanto a su duración, los años de institucionalización parecen haber sido un error, ya que este hombre actualmente posee un estado mental perfecto.


Debió de ser realmente duro para Ella que no le permitieran conservar sus pertenencias puesto que llevó al asilo mental un gran número de sus posesiones en un par de valijas guindas. Finalmente las cosas materiales están ligadas a el quehacer y personalidad de la gente. Con un sentimiento de vacío y familiaridad al mismo tiempo. Será porque nuestro peor miedo es a perder el control y volvernos locos. La naturaleza del ser humano es cruel y olvidadiza, es bueno mirar atrás para enmendar los errores cometidos. Tan sólo hay una línea que separa cordura de la locura. La vida nos lleva a veces por unos caminos que nunca sabremos el estado en el que nos va a dejar, -pensó Ella-.