jueves, 4 de febrero de 2016

Caminando




Hace mucho tiempo dejó de importarme lo superficial, lo vano, los lujos, las etiquetas y la falsa y doble moral. Ya no me quitan el sueño las habladurías, ni la envidia, ni los desprecios que pueda causar. Ya no me interesan las conversaciones vacías, prefiero el murmullo de la soledad. Ya no intento ser alguien que no soy para ser calificado como el mejor. No me importa lo pasajero, elijo lo sincero, lo invisible a los ojos, lo sencillo, lo verdadero; prefiero la conversación con mi estrella. Ella me escucha y me habla sin cuestionar la verdad. Ella es mi vida y mi razón para vivir. Así somos los vagabundos, al menos yo…

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