jueves, 27 de noviembre de 2014

Egoísta




La Soledad no está aquí


Aquí no se respira más la Desolación.


El Jardín marchito recobra lentamente su verdor.


Las tristes Azucenas, las melancólicas Margaritas;


La alta madreselva, los tréboles risueños;


Los nostálgicos Pensamientos, el bello Ramo de Novia...


Vuelven a beber agua de Vida que les brinda el Cielo.


Los grises nubarrones, tan temidos, finalmente vierten su preciada carga.


No es el dolor, ni el Miedo ni la duda, mis compañeros.


En mi pecho amanece un Sol Invicto que sólo quiere verme sonreir.


La grama despierta de su letargo y cuidada por mil duendes, rehace su canción; me la entrega completa en su frescor.


Aquí me quiero quedar, recostado bajo la sombra de las plantas de mi rincón personal. No entre ninguna inconforme Eva, ningún áspid turbe la Paz de mi Jardín Interior. Por mi Bien... ¡Nunca más!

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